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El día después



¿Alegría, brindis por el baño de democracia interna, por tener ya candidato a la alcaldía? Claro que sí. Pero unas horas. Ayer. Hoy es el día después. Hora de reflexionar y ponerse en marcha. Porque si ha sido difícil que una candidatura reformista desbanque a Celestino Vegas, no duden que hacerse con la alcaldía lo será mucho más. No bastará con lavados de cara, kilos de mercadotecnia política y verbo complaciente. Es necesario un proyecto potente, que se desmarque de la verborrea impenitente que llena los titulares diarios. Y que sea eficaz, creíble, centrado en necesidades reales, un proyecto que la ciudadanía sienta suyo, que la ciudadanía sienta como un esperanzador futuro.

Pero los retos no solo son programáticos o estratégicos. Aviso a navegantes. El PSOE local, pese a que las sonrisas y los tuits viertan ríos de compañerismo y proclamen la unión bajo una misma bandera, queda fragmentado en querencias y voluntades diversas, que hay que canalizar sin concesiones. Aquellos que buscaron, en compensación al apoyo a Ricardo, un cargo municipal, debieran volverse a casa. Con su infame arribismo insultan y hacen daño al partido. Ricardo Cabezas prometió una candidatura libre, sin cargas, sin contraprestaciones, centrada en la profesionalidad y el compromiso con la ciudadanía. Y así debe ser. Incluso aquellos que están en su equipo deben saber que el sacrificio tiene su premio tan solo en el trabajo ya realizado, y no en la esperanza de sacar rédito personal. Trabajar por un proyecto municipal sólido y competitivo no lleva aparejado una plaza en el ayuntamiento. Solo los mejores, los mejor preparados, debieran componer equipo de gobierno. Sí, ya sé que esto es algo que se determinará a largo plazo, pero es preciso dejar claras las cosas desde el principio.

Igualmente, es una perogrullada recordar que la candidatura a la alcaldía tiene deuda y compromiso con la ciudadanía a la que se debe, y no con el partido. Ya he escuchado varias veces en estas últimas horas a numerosos militantes decir que ahora toca ponerse al servicio del partido. Un error que va más allá de las meras palabras. Ricardo Cabezas se debe a los pacenses, a nadie más. Su proyecto no debiera estar a merced de la agenda autonómica o regional. Es necesario que las agrupaciones locales tengan independencia de trabajo, guiones y agendas propios, sin injerencias del aparataje interno. En ocasiones se confunde la defensa de valores comunes con el control de la agenda local. Lemus y Vara debieran ser tan solo facilitadores de recursos, un apoyo más que un freno. La llamada cultura de partido impone a las agrupaciones locales una agenda rigurosa, ajustada a tiempos que a menudo dejan un margen exiguo a los candidatos para presentarse ante la ciudadanía y dar solidez y visibilidad a sus proyectos. Es una cultura verticalista, casi militar; primero el general, después el sargento y después los soldados rasos. En ese orden debe armarse el guión electoral. Pero, pese a pensar que siete meses son mucho margen en el horizonte, Ricardo Cabezas debe darse a conocer, tener pregnancia en la vida pública, acceder a la ciudadanía, estar donde ella está. Eso lleva tiempo e independencia de trabajo. No basta con salir a la palestra un mes antes de las elecciones y presentarse como tabla salvadora contra el fiasco de Fragoso. Quizá hace décadas, con un retoque de imagen y un par de apariciones en prensa se armaba una campaña electoral con posibilidad de éxito. Hoy eso es una temeridad dada las circunstancias.

Si durante estas primarias el peor enemigo del PSOE ha sido el propio PSOE, las presiones internas no van a ser menos durante la campaña hacia la alcaldía. Hay que tener la cabeza bien amueblada para no dejarse vencer por sirenas en busca de puesto y gloria, o por variadas desavenencias domésticas. Y las habrá, no lo duden; nada en política se vende gratis, y muchos querrán buscarse sombra al abrigo de esta campaña. Si ya durante las primarias Ricardo ofreció un proyecto limpio, transparente, sin concesiones, ahora que tiene en sus manos la posible llave de la alcaldía, debiera confirmarse aún más en este compromiso ético y escupir de su lado todo amago de arribismo y apegos al poder. No tengo dudas de que Ricardo asumirá como propio este compromiso. No lo piden solo los militantes sensatos; lo pide una ciudadanía harta hasta la saciedad del oscuro folletín político de cada día.

Tercero y último reto. Cambiar la agrupación local, dotarla de vida y verdadera transparencia y participación. Celestino Vegas va camino de dejar una secretaria endeble, indolente, mediocre. La militancia del PSOE de Badajoz tiene la responsabilidad de rearmar su sede local, reformar formas y contenidos, reestructurar su organización interna, facilitando una participación real y una sinergia eficaz entre el partido y la vida social y económica de la cuidad. Una sinergia que huya de la instrumentalización política del tejido asociativo, que abogue por un papel mediador y facilitador, para que las demandas ciudadanas lleguen de manera eficaz a las decisiones que deben tomarse en el ayuntamiento, y no al revés, fiscalizando la acción de plataformas, asociaciones de vecinos,... 

Quien escribe es un convencido defensor de la bicefalia. La agrupación local debiera tener independencia respecto a la acción de gobierno, y viceversa. De esta forma, el partido se convierte en mediador eficaz entre la ciudadanía y la gestión municipal. Asimismo, facilita que la agenda del partido vuele libre, sin plegarse a las necesidades de gobierno. Debe ser la agrupación la que vigile al grupo municipal y no al revés, y debe ser éste quien se debe poner al servicio de las demandas de la ciudadanía, canalizadas a través de la mediación de la agrupación local. De esta forma, nos aseguramos que el gobierno municipal no controle las demandas ciudadanas o las teledirija en la dirección que le plazca.

Como ven, son escasos pero profundos los retos que deben acompañar la construcción de este proyecto político:

- Un campaña sin concesión personales, centrada en la eficacia y el compromiso con la ciudadanía, que elimine posibles arribismos y contraprestaciones.

- La independencia del proceso local respecto a los intereses políticos de los órganos internos, regional y autonómico.

- La construcción colectiva de un proyecto alternativo de secretaría local, basado en la transparencia, la participación, la independencia con respecto al grupo municipal (bicefalia) y la mediación eficaz con plataformas y grupos vecinales.